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La presencia del dengue autóctono en Europa aumenta hasta los 300 casos el pasado año

En Europa el dengue es transmitido por el mosquito tigre Aedes albopictus, una especie tropical y subtropical que se encuentra en áreas urbanas y periurbanas. Los expertos de Rentokil Initial ponen de manifiesto la importancia de una buena coordinación con las administraciones para una rápida intervención. Las empresas especializadas en control de plagas innovan en las técnicas de control y vigilancia para implementar técnicas más efectivas que no agudicen los problemas de resistencia a insecticidas

El pasado año en Europa hubo 300 casos de dengue autóctono. Estos 300 casos se concentraron en Italia, Francia y España, según su incidencia. España, siendo el tercer país europeo con casos de dengue autóctono, notificó hasta 8 casos el pasado año. Estos datos suponen un incremento de más del doble en comparación con los casos registrados en 2023.

La diferencia entre estos casos de dengue autóctono con respecto al dengue importado reside en el origen del contagio. La mayoría de los casos que se encuentran en Europa de dengue son casos de personas que visitan países endémicos de la enfermedad como Brasil, Vietnam o Filipinas. Estas personas viajan a estos países donde sí existe una presencia extendida de dengue y es allí donde se contagian, llegando a Europa con la enfermedad. En cambio, estos 300 casos de dengue autóctono se producen cuando un mosquito (Aedes albopictus) pica a una persona que ya está contagiada con dengue y este se contagia, transmitiéndolo después en las siguientes picaduras.

Para saber cómo se procede se le ha preguntado a Rubén Bueno Marí, entomólogo, doctor en ciencias biológicas y director del centro europeo de control vectorial de Rentokil Initial sobre el procedimiento que se sigue desde los profesionales del sector. Este experto en control vectorial pone de manifiesto la importancia de una buena coordinación con las administraciones para una rápida intervención. Según los criterios profesionales, una vez las administraciones les informan de un contagio, en menos de veinticuatro horas se realiza un control y vigilancia con trampas para mosquitos en un radio de doscientos metros de la vivienda de la persona contagiada. Este protocolo de intervención se repite los días siguientes hasta que se cierra la actuación sin detectar casos de mosquitos con dengue en las muestras obtenidas. Contar con la información epidemiológica y centralizar esfuerzos ayuda a los expertos a generar estrategias eficaces en control vectorial para prevenir enfermedades y contagios.

¿Y qué pasa con la fiebre del Virus del Nilo Occidental?
En España el pasado año 2024 se detectaron más de cien casos de personas con fiebre del virus occidental, y fueron más de una decena aquellas que perdieron la vida tras contagiarse de dicha enfermedad. En este caso el modo de proceder de los profesionales cambia, ya que este virus sí es un virus endémico en ciertas zonas de la península, es decir, que se mantiene de forma natural entre aves y mosquitos en diversos humedales del país, pudiendo acontecer también casos humanos en las proximidades. Este virus reside en la península durante todo el año en las aves, y cuando comienza la temporada de mosquitos son los mosquitos quienes se encargan de propagarlo y aumentar la tasa de circulación del patógeno, ya sea entre aves, caballos o incluso el ser humano.

En este caso, como el mosquito es diferente —ya que se tratan de mosquitos de género Culex (mosquito común)—, la intervención es distinta, porque los parámetros de comportamiento del mosquito también cambian. Esto se traduce en que los expertos, tras un contagio de fiebre del virus del Nilo Occidental, necesitan actuar sobre rangos de extensión más amplios, próximos a un kilómetro de radio de actuación. Ampliando el control significativamente con respecto al mosquito Aedes albopictus, cuyos parámetros de vuelo son más limitados. Además, también cambia el entorno de actuación, porque el mosquito Culex suele estar más en ámbitos periurbanos y áreas naturales, mientras que el Aedes albopictus es prácticamente exclusivo de ambientes urbanos. Para poder entonces controlar toda esta superficie los expertos en control de plagas están implementando herramientas de control novedosas como el uso de drones para combatir a los mosquitos Culex, y la técnica del mosquito estéril para reducir la incidencia de Aedes.

¿Cuál es el futuro de la prevención y el control vectorial?
Para Rubén Bueno el futuro del control de plagas pasa, en primer lugar, por una buena prevención y una buena y rápida identificación de la transmisión de una enfermedad como el dengue o la fiebre del virus del Nilo Occidental, pero también estará vinculado con la innovación y preparación de personal especializado en las intervenciones de control. En innovación, destacan aquellas técnicas de control que van más allá del uso de insecticidas, ya que puede desencadenar una resistencia en las plagas. Esto al final lo que deriva es en un círculo vicioso donde se tienen que usar de manera intensiva químicos cada vez más potentes.

Para avanzar en esa dirección donde la innovación debe estar en el centro existen técnicas de control vectorial como la técnica del mosquito estéril. Este método de control consiste en liberar mosquitos macho esterilizados en zonas infestadas para que se apareen con las hembras silvestres. Como resultado, los huevos producidos por estas hembras no serán viables y no eclosionarán. A medida que se realicen liberaciones continuas de estos machos modificados, se espera que la población de mosquitos se reduzca gradualmente. No obstante, esto no buscaría de ningún modo su erradicación, ya que los mosquitos también desempeñan roles importantes en los ecosistemas, siendo una fuente de alimentos para muchos animales, polinizando o regulando las poblaciones de manera natural de otras especies.

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